El número de personas sin hogar en las salas de urgencias de los hospitales está aumentando

En los hospitales São José, Santa Maria, São Francisco Xavier, de Lisboa, y en Amadora-Sintra, es habitual encontrarlos en las salas de espera de urgencias, no por motivos de salud, sino para encontrar algo de consuelo en un espacio donde se tratan enfermedades.
“Algunos de ellos ya son conocidos por nosotros y por los servicios comunitarios e incluso conocen las respuestas en términos de acogida”, pero siguen acudiendo a la sala de espera de urgencias del hospital, declaró a la agencia de noticias Lusa la directora de Servicios Sociales de la Unidad Local de Salud (ULS) de Amadora-Sintra, Adélia Gomes.
A pesar de inscribirse en el servicio de urgencias, muchos terminan abandonando el espacio antes de ser llamados para una cita.
“Lo que notamos es que terminan viniendo aquí a hacer su higiene, comer y pasar la noche”, a pesar de que hay algunas respuestas en la comunidad ante estas situaciones.
Entre estas personas hay residentes que se vieron obligados a abandonar sus casas debido al aumento de los alquileres y cuyos ingresos no les permiten ni siquiera alquilar una habitación, un fenómeno que, según Adélia Gomes, está creciendo y es preocupante.
“No era habitual tener a este tipo de usuarios en una situación de calle que ahora encontramos con mayor frecuencia y que asociamos al coste del alojamiento que se está practicando actualmente en el mercado en general”, destacó.
También se dan casos de usuarios sin hogar que presentan dependencia física temporal y que, pese a no necesitarla, son ingresados por motivos sociales hasta que recuperan la autonomía física, condición exigida por los centros de acogida.
Siempre que los usuarios lo autorizan, el hospital contacta con los servicios sociales e instituciones comunitarias para prestar el apoyo necesario, aumentando el número de situaciones notificadas: 37 en 2022, 62 en 2023 y 97 en 2024.
Este año, hasta el 29 de abril, ya se han derivado 40 casos, según datos de la ULS, advirtiendo que habrá situaciones que puedan corresponder a un mismo usuario.
En ocasiones, los usuarios no aceptan referidos, alegando que conocen el espacio porque ya estuvieron allí, no les gustó, entre otras razones.
En el Hospital São José, el fenómeno se ha acentuado desde la pandemia, con aumento de usuarios con enfermedades mentales, adicciones, inmigrantes sin red de apoyo, así como “situaciones sociales, económicas y familiares complejas”.
La proximidad del hospital a zonas de la ciudad donde se congregan personas con hábitos de consumo de alcohol y drogas e inmigrantes ha contribuido al aumento del fenómeno, según la ULS São José.
La demanda de atención en salud por parte de esta población se da en situaciones de caídas, agresiones, consumo excesivo de alcohol o drogas, que limitan su autonomía, comprometiendo sus rutinas diarias y su supervivencia, enfatiza.
En 2022, el Hospital São José remitió 539 casos para respuestas en la comunidad. En 2023, fueron 728 y el año pasado, 750. Este año, ya se han notificado 184 casos, indica la ULS, destacando que “estas articulaciones son difíciles, largas y de difícil resolución”.
Situado en una zona céntrica de Lisboa, el Hospital Santa Maria también siente este impacto en las salas de espera del Servicio Central de Urgencias, especialmente en periodos de frío o calor intenso.
Sólo este año, hasta el 30 de abril, se registraron 79 ingresos de personas sin hogar en el Servicio Central de Urgencias, un 32% más que en el mismo periodo de 2024 (60), según datos de la ULS Santa María.
La ULS Lisboa Occidental, que forma parte del Hospital São Francisco Xavier, dice estar “consciente de esta realidad, buscando responder de la mejor forma posible a estos casos”, que son todos derivados al Servicio Social del hospital, que se coordina con la Línea Nacional de Emergencia Social y la Santa Casa da Misericórdia de Lisboa.
Actualmente se reportan tres situaciones de pernoctaciones frecuentes en el Servicio General de Urgencias, además de otras situaciones ocasionales.
Aunque algunos ingresos se deben a razones clínicas, como descompensación de enfermedades crónicas o problemas de salud mental, la mayoría de los casos son el resultado de la búsqueda de refugio.
En estas situaciones no hay espacio para el ingreso en urgencias y la pernoctación se realiza en la sala de espera u otra zona cubierta del hospital.
Los hospitales reconocen que esta realidad trae consigo limitaciones, como la sobrecarga de espacios, que puede afectar la comodidad de los usuarios y profesionales, el uso inadecuado de los servicios o las malas condiciones de higiene.
Barlavento