Ahora es posible realizar trasplantes de receptores infectados con hepatitis C a receptores negativos.

Utilización de órganos y células madre hematopoyéticas de donantes con infección activa por el virus de la hepatitis C (VHC), incluso en pacientes negativos que esperan un trasplante de órgano o médula ósea. Esto será posible gracias a la aprobación de la AIFA para que el Centro Nacional de Trasplantes (CNT), en colaboración con el Instituto Superior de Sanidad (ISS), utilice antivirales de acción directa, con cargo al Servicio Nacional de Salud (SNS), también para el tratamiento inmediato de la infección por VHC tras un trasplante de órgano o médula ósea.
Esto permitirá el tratamiento oportuno de cualquier infección que pueda transmitirse durante el trasplante, salvaguardando el éxito de la operación y la salud general del paciente.
Hasta ahora, los órganos de donantes con infección activa por VHC se asignaban casi exclusivamente a receptores con hepatitis C crónica, incluso a aquellos que esperaban un órgano distinto del hígado, con un promedio total de 60 a 70 trasplantes al año (30 a 35 hígados, 25 a 30 riñones y aproximadamente 5 trasplantes de corazón). Según las nuevas directrices, se puede iniciar el tratamiento antiviral en todos los receptores tras el primer resultado positivo en la prueba inmediatamente después del trasplante, lo que abre la posibilidad de extender el uso de los órganos de estos donantes a todos los receptores. La CNT estima que se podrán realizar aproximadamente 150 trasplantes adicionales cada año, lo que representa un aumento del 4,4 % en el total.
Para el presidente de la ISS, Rocco Bellantone, el resultado «demuestra cómo la investigación y la innovación pueden ser un 'paso adicional', además de concienciar a la población sobre las donaciones, para salvar más vidas mediante trasplantes, manteniendo los más altos estándares de seguridad». El director general de la CNT, Giuseppe Feltrin, enfatiza que «para un receptor negativo, la probabilidad de contraer el VHC a partir de un trasplante de un donante con infección activa es extremadamente alta, pero la eficacia de los antivirales de acción directa para curar la infección se estima en un 98-99 %, con la posibilidad de utilizar terapias de segunda línea en el improbable caso de fracaso».
La aprobación, concluye el presidente de la AIFA, Robert Nisticò, "permite nuevas estrategias de tratamiento y tiene un impacto positivo tanto en la salud pública como en la sostenibilidad del sistema, con posibilidades concretas de reducir los tiempos de espera, mejorar la salud de muchos pacientes y salvar más vidas".
ansa