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Experto en epigenética: El envejecimiento en sí mismo debería ser un objetivo terapéutico

Experto en epigenética: El envejecimiento en sí mismo debería ser un objetivo terapéutico

Hasta hace poco, el envejecimiento se consideraba un proceso inevitable, genéticamente programado. Hoy en día, cada vez más científicos y médicos empiezan a considerar el envejecimiento en sí mismo como un objetivo terapéutico, según declaró a PAP la Dra. Ewelina Pośpiech, experta en epigenética del envejecimiento.

Destacó que ahora sabemos que mucho más depende de nosotros y que la clave para ralentizar el reloj biológico puede estar en nuestras elecciones diarias en cuanto a dieta, ejercicio y calidad de vida, que dejan una huella en nuestro ADN a través de sus modificaciones químicas, es decir, la metilación.

«El envejecimiento es actualmente uno de los mayores problemas sanitarios, sociales y económicos. Vivimos más, pero a menudo con mala salud, lo que supone un enorme reto para los sistemas sanitarios y sociedades enteras», declaró a PAP la Dra. Ewelina Pośpiech, profesora de la Universidad Médica de Pomerania (PUM), especialista en epigenética del envejecimiento.

Por eso, los grupos de investigación de todo el mundo se centran cada vez más no solo en el tratamiento de enfermedades específicas, sino también en el envejecimiento en sí. El envejecimiento en sí se está convirtiendo en un objetivo, ya que es el factor de riesgo más importante para la mayoría de las enfermedades, desde el cáncer hasta las cardiopatías y la demencia, añadió.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el número de personas mayores de 60 años en todo el mundo se duplicará para 2050. Esto supone una enorme presión para los sistemas sanitarios a menos que la esperanza de vida mejore junto con la longevidad. Aquí es donde entra en juego el concepto de rejuvenecimiento biológico.

«Las simulaciones muestran que si cada uno de nosotros envejeciera biológicamente solo siete años más joven, la incidencia de enfermedades crónicas podría reducirse hasta en un 50 %. Esto significa que la mitad de nosotros podría evitar problemas de salud graves», enfatizó el profesor Pośpiech.

Explicó que la edad biológica ahora puede medirse con mayor precisión gracias a los llamados relojes epigenéticos, herramientas que analizan la metilación del ADN, uno de los mecanismos epigenéticos fundamentales. La metilación, a diferencia de las mutaciones, no altera la secuencia del ADN, sino que influye en la actividad génica. Sin interferir con la secuencia, determina qué genes se activan y cuáles se silencian. Por lo tanto, la epigenética es la ciencia que estudia los cambios en la expresión génica.

«Todas las células de nuestro cuerpo tienen el mismo ADN, pero no funcionan de la misma manera. Por ejemplo, una célula del músculo cardíaco se comporta de forma diferente a una célula de la piel. Este comportamiento está determinado por modificaciones epigenéticas, como la metilación del ADN, que implica la unión de grupos químicos especiales a las cadenas de ADN, lo que permite controlar la actividad genética», explicó el experto de la Universidad Médica de Pomerania.

Es importante destacar que la metilación puede modificarse por nuestro estilo de vida, como la dieta, la actividad física, la duración del sueño y el estrés, así como por las condiciones ambientales, como la contaminación atmosférica. Con base en el patrón de metilación, se puede evaluar la edad biológica de una persona. El especialista enfatizó que el envejecimiento es, sin embargo, un proceso muy complejo y difícil de detectar con una sola prueba diagnóstica. La investigación sobre la metilación del ADN ha logrado un gran avance en este campo, y los relojes epigenéticos desarrollados a partir de esta investigación se consideran actualmente la herramienta más precisa para evaluar el envejecimiento biológico.

Los algoritmos de reloj epigenético analizan cientos de ubicaciones del ADN donde la metilación cambia con la edad. Estos calendarios biológicos nos permiten interpretar el estado del cuerpo con mucha más precisión que con la edad cronológica y, aún más importante, observar cómo los cambios en el estilo de vida afectan a esta condición. Esto no solo nos permite saber si una intervención determinada está funcionando, sino que también proporciona una herramienta potencial para personalizar las recomendaciones, es decir, seleccionar un plan de salud individualizado según el perfil epigenético de cada persona —enfatizó el investigador—.

Nos recordó que los últimos hallazgos indican que, si bien los genes influyen en el proceso de envejecimiento, solo representan alrededor del 30 % de su ritmo, y hasta un 70 % depende de factores ambientales. "Es decir, lo que comemos, cómo nos movemos, si fumamos o no, el nivel de estrés que experimentamos. Todo esto deja una huella en nuestro ADN, en forma de metilación", explicó el profesor Pośpiech.

Y dado que los cambios epigenéticos son reversibles, incluso en la edad adulta o incluso en la vejez, es posible influir en el ritmo del envejecimiento: ralentizarlo o incluso revertirlo. «La epigenética ofrece esperanzas de métodos no invasivos, fácilmente accesibles y personalizados para apoyar la salud. Podemos decidir en cualquier momento cambiar nuestro estilo de vida y adoptar hábitos saludables, y esto tendrá un impacto real en el funcionamiento de nuestros genes. Es realmente asombroso», enfatizó el científico.

Citó el tabaquismo como ejemplo. Tras dejar de fumar, el cuerpo necesita un promedio de cuatro años para restaurar por completo su patrón normal de metilación del ADN, pero el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el tabaquismo disminuye más rápidamente, día a día. «Nuestra investigación también indica que introducir otros hábitos saludables puede acelerar el proceso de restauración de la metilación normal, y los relojes epigenéticos pueden ayudar a medir la eficacia de todas estas actividades y ajustarlas en consecuencia», añadió.

La profesora Pośpiech también admitió que la visión de que las pruebas de metilación del ADN se conviertan en una herramienta de diagnóstico rutinaria, junto con los hemogramas y los niveles de colesterol, es cada vez más realista. «El progreso tecnológico es rápido y significativo. Hasta hace poco, el análisis de metilación era costoso y complejo. Hoy en día, los precios de la secuenciación están bajando, y nuestros equipos están trabajando en métodos que buscan optimizar su implementación en la práctica. El objetivo final es adaptar las intervenciones y los tratamientos a cada individuo, sus genes, su epigenética y su entorno», afirmó.

En su opinión, la epigenética encaja perfectamente en el concepto de medicina ómica, que combina información de varios niveles de organización biológica, es decir, la genómica (estudio de todo el genoma), la proteómica (estudio de las proteínas), la investigación del microbioma (análisis de la microflora intestinal), etc. Este enfoque integral permite obtener una imagen completa de lo que sucede en el cuerpo y una visión holística de la salud.

Las investigaciones demuestran que nuestras decisiones tienen un impacto real en la rapidez con la que envejecemos y en cuánto tiempo vivimos con buena salud. No solo importa cuánto tiempo vivamos, sino también nuestra condición física. Y si podemos influir en nuestro reloj biológico, vale la pena intentarlo», concluyó el profesor Pośpiech.

Puede encontrar más información sobre la investigación de la profesora Pośpiech en las publicaciones de las que es coautora: aquí , aquí y aquí .

Katarzyna Czechowicz (PAP)

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