El cáncer de riñón crece silenciosamente: estos 3 hábitos aumentan significativamente el riesgo

- El cáncer de riñón a menudo se desarrolla de forma asintomática y se detecta demasiado tarde.
- El tabaquismo, la obesidad y la hipertensión arterial aumentan significativamente el riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Los expertos advierten que incluso uno de estos factores puede influir en el desarrollo de la enfermedad.
- La prevención temprana y un estilo de vida saludable pueden reducir significativamente el riesgo.
A menudo se desarrolla de forma oculta, asintomática, lo que complica considerablemente su detección, recuerdan los especialistas en el campo de la oncología, la urología y la radioterapia asociados al Grupo Polaco de Cáncer de Riñón en un comunicado de prensa enviado a PAP.
Según las estadísticas , aproximadamente 5.000 personas en Polonia son diagnosticadas con cáncer de riñón cada año . Al mismo tiempo, la mitad de los pacientes con este cáncer fallecen.
Se presenta con mayor frecuencia en hombres mayores de 45 años y en mujeres entre 55 y 74 años. La forma dominante de la enfermedad es el carcinoma de células renales (CCR), que representa el 90 por ciento de los casos.
Aunque el cáncer de riñón se presenta con mayor frecuencia en personas mayores, fumadores, personas obesas y personas con presión arterial alta , también puede presentarse en personas más jóvenes que cuidan su salud.
En sus primeras etapas, este cáncer suele ser asintomático. Por eso es tan importante realizar controles regulares, como una ecografía abdominal, especialmente en personas mayores de 50 años. Esto aumenta las probabilidades de detectar un tumor renal de forma temprana y, por lo tanto, de un tratamiento eficaz, señalaron los expertos.
El conjunto clásico de síntomas como hematuria, dolor en el flanco y una masa palpable suele aparecer en la enfermedad avanzada .
A medida que el cáncer se propaga, puede invadir otros órganos, como los pulmones, los huesos, el cerebro o las glándulas suprarrenales. Los datos sugieren que casi el 30 % de los pacientes presentan metástasis sintomáticas al momento del diagnóstico .
En el caso del cáncer de riñón limitado al órgano o con sólo una ligera diseminación, el método básico de tratamiento sigue siendo la cirugía, que implica la eliminación del tumor primario y de las posibles metástasis, recordaron los expertos.
En etapas más avanzadas de la enfermedad, especialmente cuando existen numerosas metástasis, el tratamiento quirúrgico no produce los resultados esperados. En estos casos, la farmacoterapia desempeña un papel fundamental, que consiste en el uso de inmunoterapia como único método de tratamiento o en combinación con fármacos de acción molecular. Estos fármacos están disponibles para los pacientes polacos en el marco del programa de medicamentos B.10.
Existen varios regímenes de inmunoterapia eficaces para el tratamiento del cáncer de riñón avanzado, como nivolumab en combinación con ipilimumab, lenvatinib con pembrolizumab o cabozantinib con nivolumab. En casos seleccionados, conviene considerar el uso de inmunoterapia tras su uso previo, en combinación con tratamiento local, como radioterapia o cirugía, afirmó el Dr. Jakub Żołnierek, especialista en urología y oncología clínica y presidente del Grupo Polaco de Cáncer de Riñón.
El tratamiento intensivo no solo ofrece la posibilidad de controlar la enfermedad, sino que también tiene un impacto significativo comprobado en la prolongación de la supervivencia de los pacientes. Por ejemplo, ensayos clínicos han demostrado que los beneficios de la terapia combinada con nivolumab e ipilimumab (estudio CheckMate-214) o cabozantinib y nivolumab (estudio ChekMat 9ER) persisten incluso después de varios años de observación. Esto los convierte en uno de los logros más importantes en el tratamiento del cáncer de riñón avanzado, según evaluaron los expertos.
Los pacientes polacos con cáncer de riñón tienen acceso a una amplia gama de métodos de tratamiento modernos, incluyendo terapias moleculares dirigidas e inmunoterapia. Sin embargo, incluso un tratamiento exitoso no significa el fin de la lucha contra la enfermedad —señaló el Dr. Żołnierek—.
Agregó que los pacientes requieren controles regulares: durante los primeros tres años, las pruebas de imagen se deben realizar cada pocos meses, y durante los dos años siguientes, una vez al año.
Este esquema permite la detección temprana de una posible recaída y la rápida implementación de un nuevo tratamiento. Esto demuestra que esta enfermedad es extremadamente insidiosa, por lo que es fundamental que los pacientes y sus seres queridos tengan acceso a información verificada y fiable que les sirva de apoyo para tomar decisiones de salud informadas —resumió el especialista—.
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