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El futuro de Europa se decidirá en el Mar Báltico: la próxima guerra de Rusia podría comenzar allí

El futuro de Europa se decidirá en el Mar Báltico: la próxima guerra de Rusia podría comenzar allí

Los expertos en seguridad parecen estar de acuerdo en que aquí es donde podría comenzar la próxima guerra de Rusia contra Europa: el Mar Báltico y los miembros de la Unión Europea y la Alianza Atlántica que lo bordean son vistos como una zona en la que Moscú podría volver a desafiar militarmente a Occidente después de su ataque a Ucrania.

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Para estar preparados, ambas partes están realizando ejercicios. Actualmente, Rusia y la OTAN realizan extensas maniobras con miles de soldados en tierra, mar y aire. Hace unos días, Rusia desplegó drones armados en el espacio aéreo polaco. Un descuido, según Moscú. Una grave provocación, según el ministro de Defensa ruso. Rusia quiere comprobar cómo reaccionará la OTAN: si Occidente está preparado y muestra unidad.

Quien desee comprender no solo cómo se produjo esta escalada, sino también qué podría derivar de ella, debería leer el libro de Oliver Moody, "Zona de conflicto del Mar Báltico". En él, el corresponsal en Berlín del Times y el Sunday Times relata el resurgimiento de antiguos conflictos con Rusia. Según la narrativa histórica de Moody, esta batalla se ha librado durante más de ochocientos años.

En aquella época, dos principados rusos comenzaron a exigir tributos a varios pequeños estados estonios. Moody recuerda que, antes de la Primera Guerra Mundial, Rusia controlaba Finlandia y los países bálticos, así como una parte significativa de Polonia. Para 1989, la esfera de influencia soviética se extendía más allá de la costa sur del Báltico hasta la desembocadura del río Trave, cerca de Lübeck.

Las amenazas de Putin a los países pequeños

Vladimir Putin ha dejado claro en repetidas ocasiones que desea restaurar la mayor parte posible de esta esfera de influencia, por la fuerza si es necesario. Según informes, ya en septiembre de 2014, se jactó "en privado" de que sus fuerzas armadas podrían capturar las capitales de Polonia y los países bálticos en 48 horas.

Después de que varios países europeos declararan en mayo de 2024 que Ucrania también podría usar las armas que suministraron para atacar objetivos en territorio ruso, Putin declaró: «Los representantes de los países de la OTAN, especialmente los europeos, y en particular los representantes de los países pequeños, deben ser conscientes de lo que se juegan. No deben olvidar que sus países son pequeños y están densamente poblados. Deben tener esto en cuenta antes de hablar de ataques en el interior del territorio ruso».

Mientras tanto, Moscú ha iniciado lo que Moody describe como una "campaña submilitar". Al igual que muchos observadores, también está convencido de que Rusia ha intensificado constantemente sus medidas no solo contra la región del mar Báltico, sino contra toda Europa. Estas han adoptado diversas formas: sabotaje, asesinatos, ciberataques, desinformación, interrupción de la infraestructura energética, manipulación, influencia política y, cada vez más, provocaciones en las fronteras nacionales.

Moody cita a la agencia de inteligencia nacional de Estonia, que cree que Moscú no dudará en tomar cualquier medida que "no llegue a desencadenar la emergencia de la OTAN". La violación del espacio aéreo polaco confirma de forma inquietante este hallazgo. El Pentágono habla de una "guerra híbrida" que Rusia ha librado contra Finlandia desde que este país se unió a la Alianza de Defensa del Atlántico Norte. Y la OTAN ha expresado reiteradamente su "grave preocupación" por las "actividades maliciosas" contra siete Estados miembros: Polonia, los países bálticos, el Reino Unido, Alemania y la República Checa.

El equilibrio de poder se inclinó a favor de la OTAN

¿Dónde acabará esto? Según Moody, esto no depende únicamente del comportamiento de Rusia. Más bien, demuestra que los países de la región del Mar Báltico están obligados a desarrollar la resiliencia amplia y profunda que otros países occidentales están buscando actualmente. Además, la guerra no se puede predecir como el clima. Ni siquiera los expertos mejor informados, escribe Moody, podrían haber hecho predicciones fiables sobre el curso del conflicto en Ucrania en febrero de 2022. Muchos ni siquiera lo vieron venir.

Moody señala una amarga ironía de esta guerra: hoy sabemos más de lo que Rusia es capaz de hacer que de lo que la OTAN es capaz de hacer. Además, tampoco ve motivos para creer que la próxima guerra será exactamente igual a la anterior. Sin embargo, cree que es posible extraer algunas conclusiones generales.

En primer lugar, cree que el equilibrio de poder en la región del Mar Báltico se ha inclinado a favor de la OTAN. Sin embargo, señala que el arsenal y las opciones de Rusia son diversos. En segundo lugar, en su opinión, todo depende de cómo se desarrolle la situación en Ucrania: cuanto más débil sea la posición de Rusia en este escenario de guerra, menos probable será que se embarque en aventuras militares en otros lugares.

Por lo tanto, atribuye a Occidente un interés vital en permitir que Ucrania gane su guerra. Incluso si Kiev finalmente no logra recuperar todo el territorio ocupado ilegalmente por Rusia, una Ucrania fuerte es una de las mejores medidas disuasorias imaginables desde la perspectiva de la OTAN.

Disuasión con fuerza convencional y nuclear

En tercer lugar, Moody considera pura ilusión imaginar que un ataque ruso en el Báltico podría limitarse a dicho territorio. En un conflicto directo entre Rusia y la OTAN, todos los aliados se convertirían en estados de primera línea, algunos más, otros menos. Por el contrario, Moody asume que la guerra también se libraría en suelo ruso.

En cuarto lugar, considera que el indudable potencial de ganar una guerra es la mejor manera de prevenirla. Define la disuasión como una combinación de fuerza convencional y nuclear, determinación política y comunicación adecuada. Sin embargo, en su evaluación altamente realista, Occidente tiene mucho que mejorar en todos estos aspectos; esto es aún más cierto para Europa, considerando el Estados Unidos de Trump.

Entonces, ¿comenzará realmente la próxima guerra de Rusia contra Europa en la región del Mar Báltico? Pocas veces en su historia los europeos han tenido tanto control sobre su propio destino; casi se puede percibir al leer el libro de Moody.

Oliver Moody: Zona de conflicto en el Mar Báltico: El futuro de Europa. Traducido del inglés por Tobias Gabel, Enrico Heinemann y Jörn Pinnow. Klett-Cotta-Verlag, Stuttgart, 2025. 522 pp., 40.90.

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