¡Esta profesión está pasando a la historia porque nadie quiere trabajar allí!
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Mehmet Ekşiler, quien trabaja como tamiz en el Bazar de los Caldereros de Gaziantep desde hace 50 años, dijo que con el avance de la tecnología, la profesión está en peligro de extinción.
Mehmet Ekşiler, quien ejerce su profesión resistiéndose a la tecnología en el Bazar de los Herreros de Calderería de Gaziantep, afirmó que los tamices, que antes tenían una gran demanda en las fábricas de harina, ya no son los preferidos.
Ekşiler explicó que antes fabricaba entre 200 y 300 tamices al día, pero que hoy ese número se ha reducido a 10 porque no ha podido formar a suficiente personal. Ekşiler destacó que la artesanía tradicional tiene dificultades para resistir la tecnología y afirmó que la profesión está en peligro de extinción porque no puede formar suficiente personal.
''NO QUEDARÁ NADIE PARA HACER ESTE TRABAJO''El maestro Ekşiler afirmó que la profesión de tamizado se encuentra en una situación difícil e hizo las siguientes declaraciones:
"No hay nuevos aprendices, ni oficiales. Ni siquiera nuestros propios hijos continúan con esta profesión. Aunque ha atraído cierta atención en los últimos años, cuando nos retiremos de la profesión en los próximos 3-5 años, no quedará nadie para realizar este trabajo.
En el pasado, el uso de tamices en las fábricas de harina era muy común. Sin embargo, ahora la harina tamizada llega directamente a las fábricas. Es por eso que los tamices ya no son tan preferidos como antes. “Antes fabricaba entre 200 y 300 tamices al día, pero ahora sólo puedo producir 10 al día”.
''NI SIQUIERA NUESTROS PROPIOS HIJOS QUIEREN HACERLO''Ekşiler, quien proporcionó información sobre la profesión de tamizador, continuó sus palabras de la siguiente manera:
“Las embarcaciones con ascensor surgieron hace unos 100 años. Antes de esto, existían gasas que se utilizaban para colar el yogur. Las estopillas fueron sustituidas por coladores y nació el oficio de fabricante de coladores. Sin embargo, ahora hemos dejado de fabricar tamices y nos dedicamos más a comprar y vender. Porque no hay personas que puedan continuar la profesión. Incluso nuestros propios hijos no quieren hacer este trabajo”.
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