Rock NO Rio Febras pasó de ser una fiesta local a una ruta de festivales nacionales

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A las 22h00 el recinto estaba prácticamente lleno - la organización puso a disposición 20 mil pases gratuitos para los dos días del festival - para escuchar al cabeza de cartel de la noche: José Pinhal - Post Mortem Experience, que subió al escenario Febras a las 22h10: "Muchas gracias Briteiros, muchas gracias Rock NO Rio Febras", fueron las primeras palabras del vocalista de la banda tributo.
El pequeño festival de música, que se realiza a orillas del río Febras, en el municipio de Guimarães, distrito de Braga, alcanzó dimensiones nacionales en 2023, después de que Rock in Rio Lisboa notificara al entonces llamado Rock in Rio Febras para cambiar su nombre, alegando uso indebido de la marca y competencia desleal, pasando a ser Rock NO Rio Febras.
"En la segunda edición, surgió la polémica con Rock in Rio Lisboa, y eso nos catapultó. Nos dimos a conocer a nivel nacional e internacional. Pero en esa edición, solo conseguimos 5.000 entradas porque el recinto no tenía capacidad para más", explicó Vasco Matos, uno de los impulsores del festival y presidente de la Casa do Povo de Briteiros, a la agencia de noticias Lusa.
Este crecimiento del festival, que mantiene el carácter social de la primera edición, ya que la recaudación se destina a la Casa do Povo local, hizo que la organización tuviera que buscar un recinto con aforo diferente, pero siempre a orillas del río Febras.
"El año pasado sentimos la necesidad de trasladar el recinto a este nuevo emplazamiento. Y este año hemos ampliado el tamaño del recinto, pasando de uno a dos días de festival. Este año contamos con un aparcamiento de autocaravanas y un camping, ubicados en ubicaciones diferentes. Es una gran diferencia con respecto a ediciones anteriores, especialmente con la primera, que fue un festival local para unas 300 personas", recuerda Vasco Matos.
En una parte del terreno, sobre tierra y cubierta de árboles, hay una zona con docenas de mesas de madera para comer y beber. Hay varios puestos de marcas reconocidas, docenas de puestos de bebidas e incluso una peluquería y estudios de tatuajes.
Este año la organización ha puesto a disposición 20.000 abonos, válidos para ambos días, que "están completamente agotados" desde hace semanas, a pesar de la fuerte demanda, especialmente en las dos últimas semanas.
"Hemos estado revisando las inscripciones del camping y tenemos autocaravanas de todo el país. Viene gente de todos los distritos de Portugal. Y eso también es interesante porque la gente ya ve a Febras como un festival consolidado, como uno que está en el circuito nacional de festivales, y también queremos participar y crecer en ese sentido", reveló Vasco Matos.
Según el presidente de la Casa do Povo de Briteiros, el espacio "tiene potencial para crecer", pero este año, las condiciones para recibir a los festivaleros con seguridad y con todas las condiciones, "sólo" permitieron 20 mil inscripciones.
"Hay una enorme comunidad inmigrante que viene aquí durante estos dos días; planean sus vacaciones en torno a la fecha de Rock NO Rio Febras; hay gente que viene del extranjero; tenemos gente que nos dice que tiene amigos de Suiza, Inglaterra, Suecia, Irlanda, Inglaterra. Es increíble", dice Vasco Matos, quien se enorgullece del progreso que ha logrado en los últimos cuatro años.
La maquinaria de Febras depende de voluntarios que trabajan antes, durante y después del festival. Actualmente, hay unos 200 voluntarios trabajando, muchos despedidos por sus empleadores para poder ayudar en Febras.
"Eso es lo más increíble de este festival. La entrada sigue siendo gratuita, y la comida y la bebida siguen siendo muy asequibles. Todos los que trabajamos en Febras formamos parte de nuestra comunidad, con total desinterés", afirma Vasco Matos.
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