Varios medicamentos derivados de la sangre están experimentando escasez de suministro, según la ANSM

Varios medicamentos derivados de la sangre fabricados por el laboratorio LFB están experimentando dificultades de suministro, según anunció la Agencia Nacional Francesa para la Seguridad del Medicamento (ANSM) el jueves 3 de julio, especificando que estas podrían continuar, en algunos casos, hasta mediados de 2026. Sin embargo, «existen alternativas terapéuticas en cantidades suficientes para garantizar la continuidad de la atención», añadió la agencia, que ha publicado recomendaciones para los profesionales sanitarios sobre su uso.

Las tensiones se deben a una modernización de ciertos equipos en la planta de fabricación de Lille (Norte), según informó la ANSM a la AFP. Los medicamentos afectados son Aclotine, Alfalastin, Betafact, Factane, Clairyg y Tegeline, Clottafact, Protexel, Vialebex y Wilfactin, según el comunicado de prensa. «Para limitar el impacto de las tensiones y garantizar una distribución justa de estos medicamentos, la LFB, de acuerdo con la ANSM, ha establecido un límite de venta para algunos de sus medicamentos», explicó la agencia.

Los medicamentos derivados de la sangre (inmunoglobulinas, factores de coagulación, albúmina, etc.) tratan a un gran número de pacientes cada año: personas en cuidados intensivos o con deficiencias inmunitarias, víctimas de quemaduras graves, hemofílicos, etc.

El Laboratorio Francés de Fraccionamiento y Biotecnología (LFB), empresa pública creada tras el escándalo de la sangre contaminada, desarrolla, fabrica y comercializa medicamentos plasmáticos y proteínas recombinantes, principalmente para el tratamiento de pacientes con enfermedades raras o crónicas. Utiliza plasma recolectado y analizado por el Instituto Francés de Sangre (EFS).

LFB cuenta con cuatro plantas de producción en Francia: Les Ulis (Essonne), Lille, Carvin (Pas-de-Calais) y Arras (Norte). La planta de nueva generación de Arras, cuya puesta en marcha está prevista para finales de 2024, permitirá a LFB triplicar su capacidad de producción de inmunoglobulinas, albúmina y fibrinógeno.

Ante la creciente necesidad de medicamentos derivados del plasma sanguíneo, Francia y Europa buscan reducir su fuerte dependencia de las importaciones estadounidenses, promoviendo al mismo tiempo un modelo "ético" de donación voluntaria y no remunerada.