Psicología. ¿Por qué mirar obras de arte ayuda a combatir la depresión?

Mirar un cuadro de Van Gogh, Monet o Picasso no sólo sería un simple placer estético, sino que podría convertirse en una auténtica herramienta terapéutica.
Varios estudios han sugerido ya que contemplar obras de arte puede influir en el estado de ánimo o el estrés, pero han sido limitados, sobre todo en cuanto a participantes.
Un equipo internacional ha revisado décadas de investigación y ha proporcionado por primera vez una visión clara y completa de los efectos de ver obras de arte en el bienestar. Se analizaron 38 estudios. Y los resultados son claros: el arte puede mejorar el bienestar eudaimónico, es decir, el bienestar asociado con el crecimiento personal, el sentido de propósito y una vida significativa.
El efecto positivo persisteLo sorprendente es el alcance de estos beneficios. Ya se trate de pinturas figurativas o abstractas, fotografías o incluso esculturas, el efecto positivo persiste. Aún más notable es que estos beneficios son evidentes en galerías de arte, clínicas, hospitales e incluso en la realidad virtual.
“ Al repensar el arte como un recurso de bienestar accesible y de bajo costo, esta investigación abre posibilidades emocionantes para integrar el arte en entornos cotidianos y estrategias de salud pública ”, dicen los autores.
Cabe recordar que desde 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de enfoques creativos como complemento a la atención clínica habitual. De hecho, los beneficios de la creación artística están bien documentados.
Pero este nuevo trabajo resalta el impacto previamente subestimado de la simple contemplación de obras de arte.
¿Una visita al museo por prescripción médica?En Caen (Calvados), esta noción de arteterapia se toma muy en serio. Dos laboratorios del Inserm y la universidad de la ciudad han puesto en marcha un estudio clínico dentro del Museo de Bellas Artes. Doscientos voluntarios participan actualmente en el juego de recorrer los pasillos del museo y observar las obras.
Cada participante está equipado con una pulsera que registra la frecuencia cardíaca y la sudoración y unas gafas específicas que registran los puntos precisos de las obras observadas. Por fin, un auricular que mide el flujo sanguíneo en la corteza frontal, la zona del cerebro que mejor transpone la gestión de las emociones.
El objetivo: observar si este paseo puede ser beneficioso para personas que sufren ansiedad o enfermedades neurológicas. Ya lo tienes, la próxima vez que pases junto a un cuadro tómate un tiempo para detenerte. Este momento de contemplación podría ser más beneficioso para tu salud de lo que imaginas.
Le Progres