Los 40 de menos 40 | Valentina Agudelo y su invento que salva vidas

Creí que era mayor cuando la saludé. No es una cuestión física; es que habla como si hubiera vivido mucho más, con una seguridad y madurez formidables. Tiene apenas 28 años, pero lo que ha logrado hasta ahora está ayudando a cambiar la historia de muchas mujeres. Valentina Agudelo es administradora de empresas del Cesa y emprendedora social.
Acaba de recibir en España el Premio Princesa de Girona 2025 por crear ‘Julieta’, un dispositivo portátil e indoloro para la detección temprana del cáncer de seno.

Valentina Agudelo y su invento que salva vidas Foto:Salva Health
Aunque su nombre ya aparece en los buscadores de internet con varias referencias de prensa, precisamente por su reciente premio, explorar un poco más de su vida y oírla hablar en la forma que lo hace resulta verdaderamente fascinante. Este es el resultado de esa conversación.
Valentina, ¿cuál fue ese momento o experiencia que te conectó desde joven con el propósito de trabajar por la salud y hacerla más humana?Creo que fue una mezcla entre lo que traía de familia y lo que encontré en la universidad. Vengo de una familia emprendedora: mis abuelos y mis papás lo han sido, y siempre han tenido esa mirada de generar impacto, de crear productos o servicios que resuelvan problemas reales, masivos. No era algo específicamente en salud, pero sí con propósito. Ya el giro hacia la salud vino en el Cesa, donde estudié administración.
Cuéntanos qué pasó ahí…En 2018, para una feria de emprendimiento, con dos compañeras, decidimos hacer un proyecto de mujeres para mujeres, enfocado en salud femenina. Empezamos a explorar temas como la menstruación, la menopausia o el embarazo, y nos dimos cuenta de que, aunque hay muchos avances, la tecnología en esa área todavía no había despegado del todo. Nos conectamos desde la experiencia personal y decidimos ir más allá.
Y fueron directamente al tema de salud, sin tener formación médica. ¿Qué tan difícil fue ese comienzo?Difícil, sin duda. Pero también liberador. No tener la formación clínica nos permitió imaginar soluciones que otros, tal vez, ni se atreverían a pensar. No teníamos el marco de lo que era o no posible. Eso, en vez de ser una limitación, fue un impulso. Recuerdo que una de las primeras preguntas que nos hicimos fue: ¿cómo puede ser que el cáncer de mama tenga una tasa tan alta de mortalidad si, detectado a tiempo, tiene una tasa de supervivencia igualmente alta? Esa contradicción fue el punto de partida. Desde ahí, comenzamos a estudiar, a investigar, a hablar con médicos, ingenieros, pacientes. Fue como entrar a una selva sin mapa, pero con muchas ganas de encontrar un nuevo camino.

Valentina Agudelo y su invento que salva vidas Foto:Salva Health
Porque es un problema que nos afecta a todas. Sentí la necesidad de trabajar en algo que tuviera verdadero impacto. El cáncer de seno sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en mujeres en el mundo. Es paradójico, porque es uno de los cánceres con más opciones de tratamiento si se detecta a tiempo. Además, el reto técnico y humano me motivó mucho. Aprender sobre biomedicina, sobre ingeniería, sobre salud pública fue casi una obsesión. Me di cuenta de que no era solo un proyecto, sino una causa, y desde entonces he trabajado para que esa causa llegue lo más lejos posible.
¿Cómo le explicas en pocas líneas a la gente que te pregunta por ‘Julieta’? ¿Qué es ‘Julieta’?‘Julieta’ es un dispositivo portátil, no invasivo, indoloro que se usa como herramienta de preselección para identificar si una mujer presenta anomalías mamarias que ameriten exámenes posteriores, como mamografías o ecografías. Es decir, ‘Julieta’ no reemplaza, sino que ayuda a priorizar. Funciona con unos electrodos similares a los de un electrocardiograma, que se colocan en el seno y, en apenas dos minutos y medio, puede detectar patrones que indiquen la necesidad de exámenes adicionales. Usa inteligencia artificial y está pensado para llegar donde otros dispositivos no pueden llegar: zonas rurales, comunidades desatendidas, mujeres sin acceso a exámenes regulares.
¿Había algo parecido en el mundo cuando se inventaron a ‘Julieta’?En 2018, cuando empezamos, no. Lo más parecido eran los mamógrafos móviles o los ultrasonidos portátiles, que igual requieren técnicos, transporte, infraestructura. Después han surgido otras tecnologías, pero muchas de ellas están pensadas para mujeres que pueden comprarlas y usarlas en casa. No son accesibles, son exclusivas. ‘Julieta’, en cambio, se diseñó desde cero con otro enfoque: servir a quien más lo necesita, incluso en lugares sin energía eléctrica continua. Y eso lo hace único.

Brigadas de Salva Health. Foto:Salva Health
Mmm. Buena pregunta. Te diría que ha sido el mismo. Cuando empezamos a hacer pruebas con pacientes reales, conocimos a Marcela, una mujer embarazada con cáncer de mama muy agresivo. Ella decidió no tratarse para poder llevar su embarazo a término. Sabía que le quedaban pocos meses de vida, pero decidió dedicar ese tiempo a ayudarnos en la investigación. Marcela fue nuestra principal voluntaria. Nos permitió estudiar, entender, aprender. Su generosidad nos marcó profundamente. Fue el momento más doloroso y, al mismo tiempo, el más hermoso. Ella sabía que tal vez no alcanzaría a ver los resultados, pero decía: “¿qué tal que esto sí funcione?”. Con ese “¿qué tal sí?” seguimos adelante seis años.
Si no me quedo corto, más de 3.000 mujeres han usado a ‘Julieta’. ¿Qué has aprendido de ellas?Muchísimo. Pero si tuviera que elegir una palabra, sería valentía. Las mujeres han sido muy receptivas, incluso con algo tan novedoso. Nos han mostrado que la innovación no asusta cuando viene con empatía. En las comunidades donde hemos trabajado, muchas se han sentido orgullosas de participar en la investigación. Ese sentido de comunidad, de propósito colectivo, me ha marcado. Me han enseñado a mirar más allá del miedo y ver en la tecnología una aliada, no una amenaza.
De los “no se puede” que a uno le dicen en la vida, se aprenden muchas cosas; se forja carácter; se abren caminos de reinvención. ¿Recuerdas algún “no” que hoy agradeces?Más que un “no se puede” verbal, fue una cifra: en Colombia, de cada 100 registros sanitarios aprobados por año, solo 2 son de dispositivos médicos, y solo el 0,2 por ciento son fabricados en Colombia. Ese ni siquiera es un “no se puede” de alguien que estaba opinando, sino la realidad de las cosas en este país. Eso refleja un ecosistema con muchas barreras. Nos decían que no había talento, ni infraestructura, ni condiciones para desarrollar esto aquí. Pero lo hicimos. Y hoy ‘Julieta’ es prueba de que sí se puede.
En Colombia, de cada 100 registros sanitarios aprobados por año, solo 2 son de dispositivos médicos, y solo el 0,2 por ciento son fabricados en Colombia
Ha sido una de las experiencias más lindas de mi vida. Fue un reconocimiento al trabajo en equipo, a la persistencia. Desde el inicio, creímos que ‘Julieta’ era una solución que el mundo necesitaba, y recibir este premio fue como oír al mundo decirnos: “sí, lo necesitábamos”. Nos sentimos abrazados por una comunidad internacional que cree en la ciencia, en el emprendimiento con propósito, en la tecnología al servicio de los demás.

'Julieta' permite hacer un tamizaje de riesgo de cáncer de seno en cinco minutos. Foto:Salva Health
Maravilloso. Me sorprendió lo humanos que son el rey, la reina, la princesa, la infanta. Se acercaron con amabilidad, con interés real por los proyectos. Habían leído sobre cada uno, sabían lo que hacíamos. Además, compartir con otros premiados fue increíble. Todos con historias impresionantes. Fue un momento de mucho aprendizaje, pero también de mucha humanidad.
Te he oído hablar siempre en plural y eso me gusta. ¿Qué papel juega tu equipo en todo este proceso?Total. Yo soy la cara visible, pero detrás hay un equipo brillante. ‘Salva’, nuestra empresa, ha integrado talentos de muchas áreas: ingenieros, médicos, matemáticos, diseñadores, administradores, y también instituciones, universidades, aliados públicos y privados. El secreto de ‘Julieta’ está en la sinergia. No es una solución hecha por una mente brillante, sino por muchas personas con propósito.
Te pido que me contestes esto con la mayor sinceridad posible: ¿el sistema de salud colombiano, las EPS, los tomadores de decisiones, el Estado te han parado bolas? ¿Te ha oído de verdad?Mmmm, otra buena pregunta que te contestaré con esa sinceridad que me pides. Tengo que admitirte que al principio no. Había miedo, desinformación. Muchos creían que queríamos reemplazar la mamografía o hacer diagnósticos, lo cual no es cierto. Pero en las últimas semanas, gracias a una mejor comunicación y al respaldo internacional, nos han empezado a abrir las puertas. Eso sí: el camino regulatorio fue largo y podría ser mucho más ágil. Ojalá este aprendizaje sirva para que otros innovadores no tengan que pasar por tantas barreras.
‘Julieta’ es solo el comienzo, no tengo dudas. ¿Qué viene?Estamos trabajando en nuevas soluciones para detección temprana de otras enfermedades de alta incidencia: grasa hepática, retinopatía diabética, cáncer de pulmón, cáncer de páncreas. Y también queremos ser una plataforma para que otras investigaciones puedan llegar al mercado. Colombia tiene talento. Lo que hace falta es reducir la fricción.
Y si pudieras dejar un solo mensaje a quienes aún creen que desde Colombia no se puede innovar…Les diría que arranquen. Que se rodeen bien. Que sean tercos. Porque sí se puede. Hay barreras, claro, pero hay formas de superarlas. El camino es largo, pero también profundamente gratificante. Yo estoy convencida de que el mundo necesita más soluciones hechas desde el sur. Y que Colombia tiene todo para aportarlas.
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