Jordi Boixadós: “¿Es mejor el pesar o el remordimiento?”

Novelista, traductor, músico y actor, Jordi Boixadós (1958) vierte en su última novela, Donar-ho tot (La Campana), una historia que “ni es autobiográfica ni autoficción, aunque es cierto que hay muchas anécdotas personales que me facilitaban seguir el curso de la manera de pensar e intentar escribir tal como piensa el narrador”.
La obra arranca con un hombre en torno a los sesenta años que vive aislado en una casa perdida en Occitania, donde la visita de una mujer lo lleva a dar un repaso exhaustivo de su vida, atravesada por su poca iniciativa vital, un elemento que, explica el autor, fue una de las chispas: “Quería construir dos personajes que enfocan la vida completamente diferente: uno es muy atrevido y ambicioso y pisará a quien haga falta, y el otro no es nada ambicioso, tiene ideas que no acaba de concretar, es un pusilánime, y la vida se lo lleva porque no es capaz de encararla. No sé qué es mejor, supongo que ser atrevido, pero no lo sabes nunca”.
Lee tambiénPara el escritor, el narrador, de quien no sabemos el nombre, “tiene unas reacciones que pueden ser difíciles de comprender, me recordaba alguna de las reacciones extrañas de personajes de las novelas suecas –además del sueco, traduce del inglés, francés e italiano–. Tienen otra mentalidad, y al final este personaje se explica solo. En los primeros años de mi juventud también me dejé llevar un poco y me faltaba empuje, pero en un momento determinado haces una sacudida y decides que no puedes continuar así, al contrario del personaje. Ahora bien, al cabo de un tiempo de escribirlo me empecé a identificar, hasta el punto de que me tenía que acordar de que yo no soy así”.
Su protagonista, además, está marcado por una paternidad que no puede ejercer: “Una persona me explicó que tenía una amante, casada, y se había quedado embarazada, y pensé qué haría si me pasara a mí, cómo reaccionaría. Tengo un hijo de 44 años, yo con 23 ya era padre, y pensé que ahora lo haría bastante diferente. Se habla mucho de maternidad, solo faltaría, y de paternidad, en cambio, muy poco”.
“Los que teníamos 17 años y entramos en la universidad el día que murió Franco hemos tenido mucha suerte”Un tercer elemento que disparó la novela fue la salud mental, ya que hay un personaje con problemas importantes, “la típica persona que tiene una sensibilidad desbordante, pero tiene problemas psiquiátricos, que es muy creativo pero lo pasa fatal,” dice Boixadós. “No hace muchos años todo eso se escondía, pero quien sufre no tiene la culpa, es como si alguien tiene la mala suerte de tener un problema de hígado o de corazón. Es evidente que haber vivido estos problemas de cerca me ha marcado, porque hay tres novelas seguidas donde aparece, aunque aquí toma más importancia, y también reflexiona sobre la suerte de que hoy haya medicinas gracias a las que los enfermos pueden llevar una vida normal”.
La novela está narrada en dos planos: por una parte el presente, y por otro el pasado, especialmente la efervescencia de la transición: “Es que lo viví. Los que teníamos 17 años y entramos en la universidad el día que murió Franco hemos tenido mucha suerte, porque lo vivíamos como si aquello no tuviera freno y como si el mundo fuera maravilloso y mágico, y en parte todavía lo conservamos. No nos dábamos cuenta de muchos pitotes, porque en cualquier momento habría podido explotar todo, solo hay que pensar en los crímenes de Atocha, ETA, Puig Antich... Teníamos un poco una mentalidad posthippy”.

Jordi Boixadós
Llibert TeixidóSon elementos que le hacen plantearse a su narrador si habría podido tener otra vida, si hubiera sido más decidido o se hubiera puesto al frente del grupo de música que tenía, ya que también reivindica el papel del segundo de a bordo: “Es una figura que forma parte del liderazgo, pero no lo parece, porque a menudo está en la sombra. El narrador es lúcido, y en su reflexión tiene un pesar muy grande. ¿Pero qué es mejor, un pesar por no haber hecho aquello que tendrías que haber hecho o el remordimiento por haber hecho alguna cosa porque creías y después has hecho daño a alguien? Como consecuencia de eso, está la soledad, y de hecho su gran decisión es romper con todo, encapsularse e irse a vivir lejos, donde se reconstruye”.
Además de haber tenido un par de grupos de adolescente y joven, Boixadós ha hecho carrera como cantautor, con seis discos publicados –y actualmente en la banda de escritores Malalletra–, “una pasión que se va apagando y renaciendo, pero que siempre vuelve”, explica. Y además está el teatro, que tiene un papel en la novela y en su vida: “Cumplidos ya los 50 años, me puse a estudiar interpretación y he participado en algunos proyectos, y ahora estoy en la compañía La Pèrfida. He recuperado parte de una emocionalidad que tenía de joven, era hipersensible hasta que tuve que poner el freno de mano para no hacerme daño. La vida se me ha llenado de teatro”, asegura, consciente de que “hace mucho tiempo que he descartado escribir pensando que tengo que vender”.
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