¿Cuáles 2 comportamientos destruyen tu felicidad y cuáles 4 la fortalecen?

Ser feliz no es fácil, en parte porque nos saboteamos en el proceso. Descubre qué comportamientos nos frenan y cómo podemos alcanzar la felicidad a largo plazo.
Claro, todos queremos ser felices. Pero la mayoría también sabemos que a menudo no es tan fácil. ¿Por qué? Quizás tenga que ver con la forma en que lo intentamos. Esto es lo que el psicólogo estadounidense Steven C. Hayes, cofundador de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y profesor titular de la Universidad de Nevada, Reno, escribe en un artículo para "Psychology Today".
Reprimir sentimientos como la tristeza, el miedo o la inseguridad suena comprensible, pero no funciona ; de hecho, es contraproducente. Hayes lo compara con intentar mantener una pelota de playa bajo el agua: sale a la superficie con fuerza.
Quienes intentan constantemente evitar o suprimir las emociones negativas a menudo las refuerzan involuntariamente. Esta conducta de evitación puede aumentar la ansiedad y perjudicar nuestro bienestar y salud en general.
Igualmente problemático y disfuncional es aferrarnos a los sentimientos positivos. Es casi como una tensión. «La verdadera felicidad proviene de observar, disfrutar y soltar, no de exigir permanencia», escribe Hayes.
"Básicamente, es importante que todas las emociones y sentimientos puedan estar presentes", dice Dorothee Salchow, formadora y coach de psicología positiva.
Los expertos coinciden en que incluso los malos sentimientos tienen su lado bueno: nos alertan de que algo anda mal y de que quizá sea necesario actuar.
Las emociones positivas, por otro lado, contribuyen a nuestro bienestar , dice Salchow, como el placer, la inspiración, la gratitud, el amor, el asombro, el interés, el orgullo, la alegría, la serenidad y la esperanza.
Y puedes incorporarla activamente a tu vida. Lo importante no es que busquemos la felicidad, sino cómo la logramos. Esto también lo demuestra un estudio realizado por Steven Hayes y sus colegas, que examinó cómo las personas buscaban y experimentaban la felicidad en la vida cotidiana.
El estudio distingue dos estrategias y examina cómo las aplican los sujetos individualmente.
- Por un lado, está el “apego experiencial”, el intento de aferrarse a los sentimientos positivos que uno experimenta.
- Por otro lado, “Priorizar la Positividad” (PP): la búsqueda consciente de experiencias positivas, como una conversación con amigos o disfrutar de algo agradable.
Los investigadores observaron que el primer grupo experimentó consistentemente una disminución en su sensación de felicidad.
Al analizar a quienes aplicaron el principio de PP, Hayes informa que hubo un subgrupo para el cual el principio funcionó y actuó como un "impulsor de la felicidad" durante el período de estudio. Sin embargo, para otro subgrupo, el principio de PP no les ayudó directamente, y otros cayeron en la "trampa del aferramiento".
La diferencia, según Hayes, radica en la forma en que los participantes buscaban la alegría y la felicidad. «Se trata de buscar la felicidad con sabiduría, sin caer en trampas que nos quitan la energía vital».
En la Terapia de Aceptación y Compromiso, un punto central es aceptar algo –algo que no podemos cambiar, sentimientos negativos–, dejarlo ir y utilizar la energía para actuar consciente y comprometidamente de acuerdo a nuestros propios valores.
- Haz algo amoroso para sentir más amor.
- Crea algo bello para ver más cosas bellas.
- Intenta capturar un momento feliz hoy. Disfrútalo. Luego déjalo pasar sin aferrarte a él.
- Pregúntate: "¿Qué puedo hacer, aunque sea un pequeño gesto, para ser más feliz en mi vida?". Quizás podría ser una palabra amable a un amigo o un paseo por la naturaleza.
«Las emociones positivas son valiosas porque pasan», escribe Hayes. Puedes buscarlas, crearlas, disfrutarlas y dejarlas ir. «Si no estás listo para perderlas, ya las has perdido».
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