Ducha caliente o ducha fría: ¿cuál es más saludable?


Algunos recomiendan duchas calientes para una sensación relajante, mientras que otros recomiendan duchas frías por sus efectos energizantes y antiinflamatorios. Es importante comprender los efectos de cada una y evaluar sus beneficios. ¿POR QUÉ DUCHARSE CON AGUA CALIENTE? Las duchas calientes son como un cálido abrazo. Además de brindar sensaciones de calma y alivio, también ofrecen numerosos beneficios para la salud. En primer lugar, mejoran la circulación y alivian el dolor muscular. Sus beneficios van más allá.

La exposición al agua caliente tiene un profundo efecto en el sistema circulatorio. Cuando el cuerpo se expone a altas temperaturas, los vasos sanguíneos se ensanchan (un proceso conocido como vasodilatación), lo que promueve un mejor flujo sanguíneo. Esta mejor circulación puede ayudar a reducir la presión arterial, mejorar la salud cardíaca y optimizar la función de los músculos y las arterias.

Las duchas calientes son más saludables para quienes sufren de resfriados, alergias o sinusitis. Actúan como un descongestionante natural, abriendo las vías respiratorias, aflojando la flema y eliminando la mucosidad del cuerpo. Si bien no son una solución permanente, brindan un alivio temporal de la congestión nasal y sinusal. RELAJACIÓN MUSCULAR Y ALIVIO DEL DOLOR. La mayoría de nosotros hemos oído hablar de las compresas de agua caliente o la terapia de agua tibia. Esto se debe a que el agua caliente dilata los vasos sanguíneos, aumentando el flujo de oxígeno por todo el cuerpo y relajando los músculos adoloridos o tensos, especialmente después de un entrenamiento intenso. Consejo de experto: agregue una cucharada de sal al agua para obtener los máximos beneficios.

¿Alguna vez has escuchado a las personas mayores decir: "Toma una ducha fría larga y sentirás esa explosión instantánea de energía"? ¡Resulta que tenían razón! Las duchas frías aumentan nuestros niveles de energía y nos hacen estar más alerta. Pero también tienen otros beneficios. REFUERZA LA INMUNIDAD Es una creencia común que las duchas frías fortalecen la inmunidad. Un estudio en los Países Bajos encontró que las personas que cambiaron a duchas frías llamaron al trabajo para decir que estaban enfermos un 29% menos a menudo que los que no lo hicieron. COMBATE LA DEPRESIÓN Si bien hay evidencia limitada al respecto, se cree que las duchas frías pueden actuar como "terapia" para el cuerpo. En un estudio clínico, los participantes que tomaron duchas frías a diario durante varios meses informaron una disminución en los síntomas de depresión. Otros estudios también muestran que las duchas frías pueden mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.

Nuestros cuerpos gastan energía intentando calentarse en una ducha fría. El resultado puede ser una pequeña quema de calorías y un metabolismo acelerado. Sin embargo, no abandones de inmediato tu plan de alimentación saludable y ejercicio; la investigación sobre este beneficio es limitada. El aire frío contrae los vasos sanguíneos y, cuando esto ocurre, los órganos vitales se movilizan y la sangre se oxigena de forma natural. Cada tipo de ducha tiene sus propios beneficios. Ya sea caliente o fría, la elección del tipo de ducha debe hacerse teniendo en cuenta tu salud actual, estilo de vida y preferencias personales.
ntv