¿Qué pasa si nos matamos de hambre durante 24 horas? Los efectos en el cuerpo son increíbles.


En la octava hora, cuando bajan los niveles de azúcar en sangre, el cuerpo comienza a utilizar el glucógeno almacenado en el hígado para satisfacer sus necesidades energéticas. En la duodécima hora, el cuerpo entra en una fase llamada "minicetosis". Durante este período, comienza la quema de grasa y los niveles de insulina disminuyen aún más. En la decimotercera hora, se inicia el proceso de "autofagia". Este se describe como un proceso en el que el cuerpo limpia y reconstruye las células envejecidas y dañadas, renovándose eficazmente.

Al finalizar un ayuno de 24 horas, el cuerpo entra en un estado de reparación profunda. Durante esta fase, la grasa se convierte en la principal fuente de energía, mientras que la inflamación disminuye y la sensibilidad a la insulina aumenta.

Los expertos advierten que el ayuno prolongado puede provocar problemas digestivos e incluso enfermedades cardíacas.
Esto se debe a que, después de la 12.ª hora, el cuerpo entra en cetosis y el hígado comienza a convertir las grasas en cetonas. Un nivel excesivo de cetonas en la sangre puede aumentar la acidez sanguínea, lo que provoca una afección llamada cetoacidosis, que puede ser mortal si no se trata.
Además, el proceso de autofagia que comienza después de la hora 16 puede provocar la muerte celular y daños en los órganos.

Sin embargo, una revisión científica exhaustiva publicada este verano descubrió que los métodos de ayuno intermitente no tienen ventajas significativas sobre las dietas tradicionales.
Se concluyó que comer sólo durante un determinado momento del día o ayunar en determinados días de la semana tenía el mismo efecto que las dietas clásicas basadas en la restricción calórica.
ntv