Los cazadores de antigüedades y los sacerdotes andan tras esta puerta: el comerciante de Samsun no vende a nadie


El herrero Germi conserva en su taller el artefacto histórico que le legó su abuelo. Germi comentó que el párroco y algunos aficionados a los artefactos históricos le pidieron la puerta, y que el mayor legado que dejó a sus nietos fue esta puerta, que ha pertenecido a la familia durante 160 años.

Germi explicó que actualmente no hay dinero en la literatura que pueda comprarle la puerta, que anteriormente un entusiasta ofreció el precio de un auto nuevo para comprar la puerta y que los sacerdotes también ofrecieron visitas ilimitadas y gratuitas al extranjero.

Destacando que las figuras y sistemas de cierre de las puertas históricas son tan nuevos y funcionales como el primer día, Germi afirmó:
Cuando el Mar Negro azotó los muros de la Gran Mezquita, estas puertas de hierro pasaron de mi abuelo a mi padre. Ahora, mi padre las ha heredado. Muchos anticuarios querían comprármelas. También quienes tenían casas de verano me hicieron muchas ofertas. No las regalé ni las regalaré. Cuando muera, lo más probable es que mis hijos se las den al chatarrero.
Además de esto, el sacerdote de la iglesia de Samsun también quería comprar la puerta. El sacerdote preguntó: «Esta puerta nos conviene, le daremos lo que quiera; denos la puerta». Respondí: «No». También me ofrecieron un viaje al extranjero si la entregaba. También me ofrecieron llevar la puerta a un estado extranjero y pagarla, pero no acepté.

Las puertas, decoradas con la imagen de la Virgen María, se conservan desde hace años en la herrería de Germi.

ntv