'Notas sobre la historia no escrita' de Habib Aydoğdu

Habib Aydoğdu nos ha mostrado una faceta distinta en cada etapa de su trayectoria artística, que abarca más de medio siglo; a veces sus pinturas eran un grito oculto entre densas capas de pintura, otras veces el eco inacabado de una palabra. Ahora, su exposición «Notas sobre la historia no escrita» se inaugura en Cermodern, uno de los espacios de arte contemporáneo más importantes de Ankara.
Esta exposición no es solo una selección de pinturas; es la culminación del diálogo constante de un pintor con su propia memoria, las contradicciones de su tiempo y sus voces interiores. Durante este período, que abarca desde la década del 2000 hasta la actualidad, Aydoğdu ha incorporado texto a su pintura, creando un lenguaje visual y verbal. Letras, palabras y fragmentos de frases parecen respirar sobre la superficie del lienzo; a veces leídos, a veces borrados, pero siempre dejando un eco.
A lo largo de la entrevista, hablamos sobre el significado de la materia, la memoria del color y la resistencia del arte. Esta conversación, que se desarrolla entre el pulso del rojo, el peso del negro y el silencio del blanco, revela no solo las pinturas del artista, sino también su manera de representar la época en que vive.
LA RELACIÓN ENTRE LA PALABRA ESCRITA Y LA IMAGEN¿Qué representa para usted el título "Notas sobre la historia no escrita", que constituye la columna vertebral de esta exposición? ¿Por qué el período 2000-2025?
Esta selección reúne mis pinturas realizadas entre 2000 y 2025, ya que a partir de entonces la relación entre la escritura y la pintura sobre la superficie se hizo más evidente. Letras, palabras y frases inconclusas fluyen sobre la superficie, tanto rectas como invertidas; se superponen, se desvanecen y renacen. Por «historia no escrita» me refiero a una memoria plasmada en la superficie, pero aún no incorporada al diccionario. Quienes observan con atención pueden leer ciertos pasajes; incluso yo a menudo solo descifro alrededor del treinta por ciento del texto. Para mí, la escritura transmite ritmo y aliento, más que significado. Me incomoda la idea de ofrecer una «retrospectiva» a un artista vivo; por lo tanto, quise organizar una exposición de la envergadura de CERModern que se centrara en la evolución de mi obra posterior al año 2000.
La unidad entre texto e imagen es fundamental en esta exposición. ¿Cómo aborda usted el tema de la legibilidad? ¿Dónde encaja la sección dedicada a Adonis?
El texto es un elemento pictórico en mi pintura; se trata tanto de gestionar capas, trazos y espacios como de significado. La legibilidad no es el objetivo; a veces el texto es visible, a veces transparente, a veces simplemente una mancha. La sección de Adonis es el foco más visible de esta línea. Leí la mayoría de sus libros que pude encontrar en Turquía; ilustré algunos. Durante los días que trabajamos juntos en el estudio, él escribía improvisando, yo ilustraba; el proceso fue documentado profesionalmente. Adonis conoce muy bien el lugar de la caligrafía; coloca intuitivamente dónde el texto nutrirá la pintura. En Cermodern, creamos un área focal con tres grandes paredes, paneles adicionales y superficies más pequeñas; queríamos que el espectador se moviera entre el color y la mancha, respirando el poema. Se plantea la cuestión de la traducción; como él mismo ha señalado: «Los traductores pueden matar la poesía». Por eso priorizo mantener la vibración del poema en la superficie en lugar de buscar una «traducción exacta».
Tu eje cromático: rojo-negro-blanco. También rechazas la era azul-verde. ¿Qué representa esta paleta para ti?
A pesar de las objeciones, para mí el color de esta tierra es el rojo; es donde late el pulso. El negro ya no es un fondo, sino un tema en sí mismo; portador de pesadez y duelo. El blanco se confunde a menudo con el fondo, pero es un umbral que abre espacio en la superficie, regulando la respiración. Como una pequeña réplica a quienes dicen: «Tu nombre se ha manchado de rojo», incluí conscientemente dos pinturas en la selección, dominadas por el azul y el verde; quería recordarles la amplitud de la paleta y el espacio que respira. La tensión en mis colores —el fervor del rojo y el peso del negro— establece la energía de la pintura.
Dices: “El material es una herramienta, el lenguaje es esencial”. ¿Qué hay del grosor de la superficie, tu relación con el material, las técnicas digitales y tu actitud ante el riesgo?
Lienzo, madera, metal, cerámica… Son herramientas; lo importante es qué dices sobre ellas y cómo lo dices. No oculto la textura; el grosor es visible y palpable. La masilla de acero y algunos materiales complementarios alteran la veta del lienzo. Me siento un poco ausente en el mundo digital; en lugar de desvanecerme, elijo profundizar en mi propio lenguaje. El arte no prospera en una zona de confort; cuando las ventas se dispararon durante un tiempo, frené, esperé y cambié de rumbo para evitar depender de la fama fácil. Por eso, durante la pandemia, me incliné por formatos más pequeños: buscaba una vibración intensa en un espacio reducido.
Cumhuriyet




