Cómo afrontar el problema de la vivienda

Según el CIS, la vivienda es ahora la principal preocupación de los españoles, dada su escasez, su elevado precio y, por consiguiente, su dificultad de acceso. Se trata de un tema candente, de compleja solución. De modo que cualquier propuesta que arroje luz y esperanza sobre cómo afrontarlo es bienvenida. Por ejemplo, el libro La vivienda social y asequible, significativamente subtitulado Análisis y propuestas para un derecho constitucional, que ha escrito Joan Clos.
El currículo del autor y los conocimientos que ha acumulado en su trayectoria respaldan el interés de esta obra: médico de formación, Clos fue alcalde de Barcelona (1997-2006), tuvo un papel clave en la gestión de las cuentas olímpicas y en la reforma urbana del centro histórico de la ciudad, antes de ser ministro de Industria (2006-2008), embajador en Turquía o subsecretario general de Naciones Unidas y director ejecutivo de su Programa para los Asentamientos Humanos, ONU-Habitat (2010-2017).
⁄ No se ha alcanzado un imprescindible pacto nacional que articule a todos los agentes, privados y públicosAvalado por este bagaje, Clos aborda en su libro diversos aspectos del problema. Empezando por los antecedentes de la actual crisis habitacional: la ley del Suelo promovida por el gobierno de José María Aznar que liberalizó su uso, los años de la construcción desenfrenada y la corrupción que condujeron al estallido de la burbuja inmobiliaria tras el crac del 2008 o el frenazo de la inversión pública en vivienda, factores todos ellos de la actual carestía. Y siguiendo por una distinción entre los diversos tipos de vivienda social, una defensa del planeamiento urbano como garantía de un crecimiento efectivo del parque de vivienda y una lista de propuestas para revertir su actual déficit, particularmente en las viviendas de alquiler, reflejo de la desigualdad social.
Desde una óptica socialdemócrata, Clos defiende la necesidad de situar la vivienda entre los grandes pilares del estado del bienestar, aumentando la inversión pública en ella. Recuerda, en este sentido, que la destinada a la sanidad supone el 7% del PIB, y la educativa el 5%, por no hablar de las pensiones (12%). Entretanto, la inversión pública en vivienda, para la que propone entre el 3 y 3,5% del PIB, está actualmente en el 0,2% del PIB.

Joan Clos, ex alcalde de Barcelona
Angela Silva / ArchivoEste último porcentaje es muy bajo en términos absolutos. Más aun en términos relativos, si lo comparamos, por ejemplo, con el de otros países miembros de la Unión Europea. Y parece exigir corrección, toda vez que el porcentaje de inmigrantes ya supera en España el 18% de la población, que se imponen nuevos modelos familiares y que la no resolución del problema tiene graves consecuencias sociales y económicas.
En los últimos años, desde la arquitectura se ha avanzado en la investigación y la definición de un nuevo modelo de vivienda atenta a los urgentes retos medioambientales. Sin embargo, no se ha hecho lo propio desde el ámbito de las políticas de vivienda. Sabemos cómo tienen que ser las viviendas del futuro, pero no se han aportado los recursos públicos necesarios para paliar este déficit social (salvo en el País Vasco y en Navarra). En buena medida, porque no se ha alcanzado un imprescindible pacto nacional que articule a todos los agentes, privados y públicos, y a todas las administraciones con competencias en el tema de la vivienda, para poder consensuar cómo resolver, o al menos atenuar, el problema que supone su escasez.
El libro de Joan Clos, que en su parte final enumera doce propuestas de actuación, nos indica un camino a seguir. Quizás no compartirán dichas propuestas quienes priorizan únicamente el beneficio propio cuando emprenden una promoción de viviendas. Pero sí quienes recuerdan el artículo 47 de la Constitución Española, que recoge el acceso a una vivienda digna y la obligación de los poderes públicos de crear las condiciones para que eso sea posible.
Joan ClosLa vivienda social y asequibleEdiciones Asimétricas. 197 páginas. 22 euros
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