Salud. Halloween: ¿Qué riesgos conlleva para los niños comer demasiados dulces?

Halloween ofrece a los niños la oportunidad de recolectar —y consumir— una gran cantidad de dulces en poco tiempo. Pero ¿es riesgoso comer tantos dulces en tan poco tiempo? Analicemos esto con más detalle, desde la hiperactividad hasta la indigestión.
Caries, aumento de peso, diabetes… los efectos nocivos del consumo excesivo de azúcar a largo plazo son bien conocidos. Pero ¿qué ocurre en el organismo cuando se ingieren demasiados dulces de golpe?
Ruido, saltos, alboroto… A veces oímos que los dulces vuelven hiperactivos a los niños. ¿Pero qué dice la ciencia al respecto? Todo lo contrario.
El mito de la hiperactividad inducida por el azúcar parece tener su origen en 1970, cuando un médico estadounidense realizó un estudio en el que eliminó el azúcar de la dieta de varios niños. Como resultado, su comportamiento mejoró. Sin embargo, desde entonces se han llevado a cabo decenas de estudios más amplios sin que se haya demostrado que el azúcar provoque un aumento repentino de la actividad.
Aún mejor, algunos estudios han demostrado que gran parte de este mito se debe simplemente al efecto placebo. Por ejemplo, en un experimento, se pidió a los padres que calificaran la hiperactividad de sus hijos después de consumir una bebida azucarada. El problema era que los padres desconocían que la bebida era sin azúcar… pero aun así calificaron a sus hijos como más hiperactivos. En resumen, los padres ven lo que esperan ver.
Un pico de azúcar en sangreSin embargo, lo que sí es seguro es que los dulces son ricos en azúcares simples, que se absorben rápidamente en el torrente sanguíneo. Esto provoca un aumento repentino de la glucosa en sangre (azúcar en sangre), lo que resulta en un pico de energía seguido de una caída brusca. Es similar a cuando se desayuna algo dulce y luego se experimenta un bajón de energía alrededor de las 10 de la mañana. Esta fluctuación repentina puede causar fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse y aumento del hambre poco después de comer los dulces.
El consumo excesivo y rápido de azúcar también puede provocar problemas digestivos como hinchazón, dolor abdominal, diarrea o náuseas, especialmente si el niño no está acostumbrado a un alto consumo de azúcar.
Pero en realidad, mientras este subidón de azúcar sea solo ocasional, los niños no corren mucho riesgo. También tienen derecho a divertirse en Halloween. Lo importante es no repetir el mismo comportamiento en los días siguientes.
Le Progres






