De vacaciones: cinco consejos infalibles para organizar el equipaje de toda la familia

Así que, para maximizar tus posibilidades de relajarte (un poco) una vez que estés allí, aquí tienes cinco consejos infalibles para organizar el equipaje de toda la familia y mantener la calma.
Un aliado esencial para cualquier padre con visión de futuro: ¡la lista de verificación! Para asegurarte de no olvidar nada, haz una lista con antelación y en un ambiente tranquilo de todo lo que quieres llevar: ropa, artículos de guardería, ropa de cama, artículos de aseo, juegos... Así será más fácil empacarlo todo al salir, sin tener que recalcular, en medio del caos y los gritos de los niños, cuántas camisetas o libros crees que necesitarás.
Esta lista puede escribirse de una vez o modificarse con el paso de los días antes de la salida. Y si dedicas un poco de tiempo a escribirla en tu teléfono o computadora, siempre podrás reutilizarla (con o sin ligeras modificaciones) para tus próximas vacaciones.
La maleta de un niño en vacaciones adquiere vida propia: la ropa que al principio estaba cuidadosamente doblada acaba en pocos días hecha una bola o amontonada en una pila precaria, cuando la ropa sucia o los bañadores mojados no se unen a la diversión... Así que, para evitar pequeños -y grandes- dramas con la ropa, hay una solución radical: ¡no más maleta, no más problema!
Si viajas en coche, las cajas de plástico serán tus mejores aliadas. Se apilan en el maletero, son transparentes para identificar su contenido a simple vista, lo suficientemente grandes como para guardar dos armarios infantiles si es necesario, a veces con ruedas para facilitar su transporte. Además, tienen la ventaja de poder guardarse en un armario o debajo de la cama al llegar, y son lo suficientemente grandes como para elegir la ropa sin tener que sacarla toda cada vez.
Y para alcanzar el nirvana de la crianza, la herramienta de organización definitiva que te permite trasladar el armario de tus hijos a tu lugar de vacaciones en 30 segundos, ¡opta por... la torre de cajones! Un cajón por tipo de ropa, útil incluso para los más pequeños, te ahorrará mucho tiempo cuando el plan sea... descansar.
Pasarse a los contenedores de almacenamiento también significa repensar por completo la forma de empacar: adiós al "cada persona tiene su propia maleta", da paso a "un contenedor, bolsa o cesto por habitación o por actividad":
- uno para meter en la cocina (con la compra, los medicamentos y, para los más pequeños, biberones, leche, botellas de agua, cepillos, tarritos de comida, baberos o cubiertos de “primera edad”, etc.)
- Uno para llevar al baño (con los artículos de tocador de todos, pañales, juguetes de baño, pero también el botiquín de primeros auxilios)
- uno para cada habitación (con sábanas, edredones, cuentos para dormir, luz de noche o vigilabebés... + todos los juguetes)
- una “cesta de playa/piscina” (con todas las toallas de baño, bañadores, brazaletes, gafas protectoras y protector solar)
Al llegar, lo único que tendrás que hacer es colocar una papelera en cada habitación, ya sea dejando las cosas allí o vaciándola para reutilizarla en otro lugar (ropa sucia, juguetes tirados por ahí, mini-bañera para bebé, etc.): ¡magia, te contamos!
4. Una farmacia bien organizadaNo hace falta llevar una farmacia enorme; lo importante es poder atender las urgencias mientras se espera, si es necesario, la consulta con un profesional. Lleven un botiquín de primeros auxilios para tratar heridas menores (vendas, antisépticos, compresas, pinzas, una venda, tiritas antiampollas, una pomada para quemaduras y otra para picaduras de insectos, etc.) y, por otro lado, una pequeña reserva de analgésicos y antipiréticos (paracetamol o ibuprofeno), para problemas digestivos (antiácidos, antidiarreicos, antieméticos), un termómetro y sus medicamentos y recetas si alguno de ustedes sigue algún tratamiento. No olviden incluir el historial médico de su hijo y una copia de la tarjeta sanitaria para posibles emergencias médicas.
Si tu equipaje para el viaje está bien organizado, no olvides reservar una sección entera para el viaje en sí. Esto te ahorrará, por ejemplo, la molestia de tener que vaciar el maletero en el aparcamiento de una gasolinera para buscar en el fondo de un contenedor de ropa una muda para tu hijo pequeño. Así que guarda, en una o dos bolsas accesibles, todo lo que necesitarás para el viaje: mudas de ropa, pero también comida, bebida, juguetes, libros o entretenimiento, así como tu botiquín de primeros auxilios, toallitas o pañuelos, y, por último, una o dos bolsas de plástico, siempre útiles en algún momento.
SudOuest