Lujo: el cepillo del pelo sale de los armarios
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El cepillo para el cabello dejó de ser un tema durante mucho tiempo: demasiado utilitario para ser considerado un accesorio de belleza, demasiado banal para ser resaltado. Ahora no hablamos de otra cosa, de sus virtudes, de los inconvenientes a evitar, de las rutinas a seguir y de su precio cada vez más elevado.
Hasta hace poco, el Rolls Royce de los pinceles parecía imbatible: el Mason Pearson con su mango de acetato, almohadilla de goma, cerdas de jabalí y nailon, fabricado en Inglaterra durante más de 130 años. En diciembre de 2021, un modelo 100% francés, desarrollado entre el Jura y el valle del Oise, vino a perturbar este panorama. La Bonne Brosse, fundada por Pauline Laurent y Flore des Robert, se ha establecido en el sector de la cosmética donde nadie la esperaba. En la industria, resulta casi contradictorio comercializar un producto que se puede conservar durante años, o incluso toda la vida, cuando las grandes marcas lanzan un nuevo perfume cada tres meses. Nadie lo creía, incluso nos decían: «Vais a fracasar » , recuerda Flore des Robert.
La Bonne Brosse juega la carta pedagógica, despliega una estética colorida y pretende ser especialmente eficaz, lo que ha dado lugar a un boca a boca masivo. El año pasado se vendieron 100.000 pinceles. Con un precio de 142 euros para el modelo grande, su aventura ha puesto en evidencia todo lo que hoy se denomina cuidado del cuero cabelludo. El mercado de cepillos se acerca a los 4 millones
Libération