Muere la cineasta húngara Judit Elek, directora de telerrealidad

Había hecho del cine un espacio de resistencia íntima. De estas revueltas discretas, sin fanfarrias ni grandes discursos, donde lo singular, lo pequeño, lo tenue, la atención prestada a la gente común, a los obreros, a los campesinos, a los simples transeúntes sorprendidos al vuelo en su vida cotidiana, su trabajo y sus tormentos, devolvía inmediatamente a su sentenciosa vacuidad los dogmas imponentes y la propaganda coercitiva. Judit Elek, fallecida el 1 de octubre a los 87 años en su Budapest natal, figura importante del nuevo cine húngaro que las retrospectivas recientes acababan de sacar a la luz , fue una de esas voces discretas que buscaban menos imponer un universo que recoger sus fragmentos en el tumulto de la historia, en la encrucijada de lo político y lo poético, el documental y la ficción.

Convertirse en cineasta para "mostrar a la gente tal como es", como escribió en su diario al final de su adolescencia, no fue en sí mismo un breviario revolucionario. Pero en la Hungría del Telón de Acero, filmar la vida cotidiana, la realidad y sus accidentes, anclando la mirada en estas vidas anónimas sin seguir las líneas y doctrinas oficiales, podía...