El llamado mercado de las artes "primitivas" en guardia contra la "captura" de obras africanas

Solange Bizeau recuerda el sábado 26 de marzo de 2022 como si fuera ayer. Esta educadora infantil de Montpellier asistía a una conferencia sobre catolicismo cuando recibió una llamada urgente de un miembro del colectivo Gabon Occitanie, del que es presidenta. « Me dijo: 'Nos vemos en la casa de subastas, algo grave está pasando'», cuenta. Una máscara Fang, utilizada en los ritos sagrados de la sociedad Ngil, se subasta un siglo después de ser traída de África ecuatorial por el gobernador colonial René-Victor Fournier. Este rostro alargado, hecho de madera de fromager recubierta de caolín y con una barba de fibras de rafia, es extremadamente raro.
Durante la colonización, los rituales en los que se utilizaba este tipo de objeto estaban prohibidos. Se afirmaba que era diabólico, que solo se debía leer la Biblia —explica Solange Bizeau por teléfono—. Y añade: « Esta máscara no es un adorno, es una máscara de justicia, imbuida de los ritos de nuestros antepasados. Es el alma de una civilización, de un pueblo. Nunca podría habérsela entregado a Fournier, porque una máscara así no se regala; hay que ser iniciado para tenerla. Fue robada; es una forma de captura». La asociación Gabón Occitania está haciendo un escándalo para detener la venta. Sin éxito. La máscara se vende por 5,25 millones de euros.
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Le Monde