¿Su hija quiere usar la copa menstrual? Esta es la mejor manera de guiarla y enseñarle cómo funciona

Cuando a su hija le llegue el primer periodo, es importante asegurarse de que cuente con buena información y apoyo, para enfrentar esta nueva etapa de su vida con responsabilidad e higiene.

Con este hecho, la pregunta inevitable es: ¿Qué producto menstrual usar? Aquí, lo primordial es recibir orientación, que se genere comodidad y que se adapte a su estilo de vida.

Hoy en día, hay más opciones que nunca para los productos menstruales, incluyendo toallas higiénicas de diferentes tamaños y tampones con distintos tipos de aplicadores. También existen las copas menstruales, que son dispositivos que se insertan en la vagina para recolectar la sangre del periodo. Las copas menstruales se han vuelto más populares en los últimos años, probablemente porque generan menos residuos desechables que los productos tradicionales.

Estas son algunas de las dudas que pueden aparecer al considerar el uso de la copa menstrual:

Las copas menstruales son similares en diseño a las copas cervicales (que son métodos anticonceptivos). Son pequeñas copas hechas de materiales como silicona, látex o caucho. Tienen un borde flexible y algunas cuentan con un tallo en la parte inferior para facilitar su extracción.

Para insertar una copa menstrual, se dobla y se introduce suavemente en el canal vaginal. Una vez dentro, se expande. La copa recoge el flujo menstrual y puede contener entre 10 y 28 mL de líquido a la vez. Dependiendo del flujo, puede dejarse puesta hasta por 12 horas; los tampones, en cambio, no deben dejarse por más de 8 horas sin cambiar.

Después de vaciarla, la copa debe lavarse y desinfectarse según las instrucciones del fabricante.

“A diferencia de las toallas o tampones, las copas menstruales suelen ser reutilizables”, explica la Dra. Anne Smith, ginecóloga de Yale Medicine especializada en adolescentes. Además, añade que, a diferencia de los tampones o toallas que absorben la sangre, “las copas menstruales la recogen”. Después de usarla, se vacía la sangre en el inodoro y se limpia la copa.

La Dra. Jillian LoPiano, ginecóloga y directora médica de Wisp, señala que las copas menstruales pueden requerir una mayor curva de aprendizaje que las toallas e incluso que los tampones. “La inserción y extracción puede ser complicada al principio, especialmente para principiantes”, dice. En particular, pueden ser más difíciles de quitar sin derrames al comienzo.

A veces, los padres o las mismas adolescentes sienten preocupación por usar productos que se introducen en el cuerpo —como tampones o copas— antes de haber tenido relaciones sexuales. Pero la Dra. Smith asegura: “Es absolutamente seguro usar tampones o copas menstruales, incluso si nunca se ha sido sexualmente activa”.

Y si bien algunas personas creen que deben comenzar con toallas antes de pasar a otros productos, la Dra. Suzanne Bovone, ginecóloga certificada en San José, California, afirma que “las adolescentes pueden usar copas menstruales de forma segura desde su primer periodo si así lo desean”.

Uno de los mayores beneficios de la copa menstrual es que es más conveniente que otros productos. “Las copas pueden permanecer en su lugar más tiempo que los tampones, generalmente entre 8 y 12 horas”, dice la Dra. Smith. También pueden contener más sangre que otros productos, lo cual es útil para adolescentes con flujos abundantes, ya que no necesitan cambiarse con tanta frecuencia y pueden participar en la escuela o en deportes con menos preocupación por filtraciones.

La Dra. Bovone comenta que muchas adolescentes también encuentran más cómoda la copa en comparación con otros productos. “Muchas reportan menos cólicos y menos olor”, señala.

Otros beneficios incluyen:

Aunque las copas menstruales son en general seguras, la Dra. Bovone advierte sobre algunos puntos a tener en cuenta: al igual que con los tampones, si se dejan demasiado tiempo, existe el riesgo del síndrome de choque tóxico, así que deben retirarse después de un máximo de 12 horas. Asimismo, la limpieza es esencial para prevenir infecciones: lave la copa después de cada uso y esterilízala después de cada ciclo.

Asegúrese de que esté bien colocada y cómoda; si no lo está, puede ejercer presión sobre la uretra y causar molestias al orinar.

Como con cualquier dispositivo médico, es posible tener alergia a materiales como látex o silicona. Si nota enrojecimiento, hinchazón o irritación, deje de usarla y consulte con tu profesional de salud.

Como sucede con los tampones, puede tomar tiempo acostumbrarse a la sensación de la copa, y es normal. “Hay una curva de aprendizaje al comenzar a usar copas menstruales”, afirma la Dra. Smith. “Puede tomar un poco más de tiempo que con los tampones para sentirse cómoda”.

Las copas suelen venir con instrucciones detalladas, y también hay muchos recursos en línea para que tu hija los consulte mientras aprende a usarla. “Utilizar recursos en línea y guías del fabricante no solo facilita el uso, sino que fomenta una cultura de conciencia corporal y educación, que son fundamentales para la salud adolescente”, indica la Dra. LoPiano.

Como explica la Dra. Smith, las copas vienen en diferentes tamaños y cada marca varía en forma y otras características. “Comienza con un tamaño pequeño y aumenta si es necesario por el flujo”, sugiere. La adolescente puede probar diferentes marcas y formas hasta encontrar la más cómoda.

Si se está probando la copa cuando el flujo es muy leve, o si se está practicando sin estar menstruando, un poco de lubricante puede ayudar. “Puedes usar agua o lubricante a base de agua para facilitar la inserción si el flujo es muy ligero, y así evitar irritación”, dice la Dra. Bovone.

Finalmente, si su hija tiene dificultades persistentes para usar la copa, es completamente válido acudir al ginecólogo para pedir orientación, o probar otros productos menstruales que se ajusten mejor a sus necesidades.