¿Quién quedaría a cargo del Vaticano si el papa Francisco fallece? Esto dicen las normas
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A raíz del delicado estado de salud del papa Francisco, ha surgido en muchos la duda acerca de qué pasará con la dirección del Vaticano si el Sumo Pontífice llegase a morir.
Ante ello, es importante conocer lo que, según el derecho canónico, ocurre si el papa deja el plano terrenal. Y es que durante décadas la Santa Sede ha tenido estrictos procedimientos que son ejecutados cuando un papa en curso o un papa emérito fallece.
En caso de que Francisco muera, el deceso debe ser registrado por el médico del Vaticano y se debe informar de inmediato al cardenal camarlengo, quien visitará el cuerpo del sumo pontífice y, con un martillo de plata, golpeará suavemente durante tres veces la cabeza de Francisco.
Si el cuerpo no responde, el cardenal debe confirmar la muerte del santo padre diciendo una frase en latín: “Vere papa mortuus est” (Verdaderamente el papa ha muerto).
Acto seguido, el mismo cardenal camarlengo deberá retirar el anillo de la mano del papa y destruirlo con el martillo de plata. En ese momento, el papado de Francisco habría terminado.
También se dice que si el sumo pontífice muere en su habitación del Vaticano, el cadáver debe ser retirado de inmediato y el cuarto sería cerrado con llave hasta que se elija un nuevo papa.
Una reunión se produciría horas más tarde y a ella acudiría camarlengo, tres cardenales más y un cónclave que estaría encargado de la nueva elección de la cabeza de la iglesia católica.
Por otro lado, una unidad de Medicina Legal de la Universidad de Roma debe trasladarse hasta el lugar de la muerte y recoger el cuerpo de Francisco para prepararlo para sus honras fúnebres.
La Capilla Sixtina sería el lugar de la ceremonia y el cuerpo reposaría en un ataúd construido con tres capas: una de ciprés, una de plomo y una de nogal. Además, en la última capa se pondría un crucifijo y una biblia abierta que lo acompañaría hasta su cripta en el Vaticano.
En la Plaza de San Pedro, dos banderas negras serían instaladas para anunciarle al mundo la muerte de Francisco: una en la cúpula de la Basílica de San Pedro y la otra en la torre del campanario. Las campanas también sonarían en señal de luto.
A partir de este momento empieza a regir un periodo conocido como “sede vacante”, el cual va desde de la muerte del papa hasta que es elegido a su sucesor por medio de un cónclave.
Durante este periodo, quien se encarga de la administración de la Santa Sede es el camarlengo o chamberlain, un cargo que en este momento está siendo ocupado por el cardenal Kevin Ferel, jefe de la oficina de laicos del Vaticano.
El Colegio Cardenalicio se debe reunir en la capilla sixtina para elegir al nuevo papa en un máximo de 20 días después de la muerte de Francisco.
Todos los cardenales menores de 80 años acudirían hasta el lugar y se convertirían en electores de la nueva cabeza de la iglesia.
Un cónclave secreto, que no sería conocido por la opinión pública, estaría encargado de la nueva elección y la certificación de la transparencia en la votación.
El nuevo papa deberá contar con la aprobación de dos terceras partes del Colegio Cardenalicio y en caso de ser elegido, las papeletas de votación serían quemadas y humo blando saldría por la chimenea de la capilla.
En caso de que no se logre un acuerdo, las papeletas también se queman, pero en este caso, el humo es negra y representa que el proceso continúa.
eltiempo