Descornar rinocerontes reduce drásticamente la caza furtiva, de acuerdo con expertos científicos

Durante décadas, los esfuerzos para proteger a los rinocerontes del exterminio se han centrado en aumentar la vigilancia: más patrullas, más cámaras, más helicópteros, más perros rastreadores.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Science ha revelado que ninguna de esas medidas ha sido tan efectiva como una estrategia mucho más radical: quitarles los cuernos a los rinocerontes.
Según la investigación 'Dehorning reduces rhino poaching, liderada por Timothy Kuiper y un equipo de más de 30 científicos y conservacionistas, descornar a estos animales redujo la caza furtiva en un 78 por ciento de manera abrupta y sostenida en varias reservas del sur de África.

Si bien esta medida definitiva, representa una esperanza para esta especie. Foto:Cortesía African Parks
El estudio se basa en datos de 11 reservas del ecosistema del Gran Kruger, que alberga una de las poblaciones de rinocerontes más grandes del mundo.
Entre 2017 y 2023, los investigadores documentaron la mutilación voluntaria de cuernos en 2284 rinocerontes, en un intento por hacerlos menos atractivos a los cazadores.
A diferencia de otras especies, el cuerno de rinoceronte puede volver a crecer, por lo que la operación es repetitiva (cada 18 meses), pero indolora y no letal. Se realiza bajo sedación por veterinarios especializados.
En ese mismo período, se invirtieron aproximadamente 74 millones de dólares en otras medidas contra la caza ilegal, como vigilancia aérea, cámaras con inteligencia artificial, y miles de pruebas de polígrafo al personal.
A pesar de esas inversiones masivas, el estudio no encontró evidencia estadística clara de que esas medidas hayan reducido el número de animales asesinados.
Solo el descornado mostró efectos contundentes: un rinoceronte con cuerno tenía 13 por ciento de probabilidad de ser cazado cada año, mientras que uno sin cuerno apenas un 0.6 por ciento, es decir, un 95 por ciento menos de riesgo.
“El hallazgo más relevante es que al reducir directamente el beneficio esperado de los cazadores, disminuye su motivación para actuar, incluso si el riesgo de ser atrapados sigue siendo bajo”, explican los expertos.
Esto respalda una corriente creciente en criminología y economía del comportamiento: a veces es más efectivo eliminar el premio que castigar al criminal.

el cuerno de rinoceronte puede volver a crecer, por lo que su retiro se debe realizar cada 18 meses. Foto:EFE
Mientras que el aparato represivo puede ser burlado mediante corrupción, colusión o simple evasión, el descornado no deja margen para la trampa.
Esta práctica vuelve el objetivo mucho menos rentable. Incluso si el cuerno vuelve a crecer, el “botín” inmediato es insuficiente para justificar el riesgo.
Una solución prometedoraEl estudio documenta 111 casos de rinocerontes previamente descornados que fueron igualmente asesinados, 107 de ellos en el Parque Nacional Kruger durante 2022 y 2023.
En ese lapso, solo entre el 50 y el 55 por ciento de los animales habían sido descornados nuevamente, lo que sugiere que la efectividad de la estrategia depende de su aplicación continua y rigurosa.
La investigación también calculó que se salvaron entre 70 y 134 rinocerontes en los 12 meses posteriores a la aplicación del descornado en ocho reservas.
El costo promedio por animal salvado fue de más de 7 mil dólares, mucho menor que el gasto anual de 3120 dólares por rinoceronte en medidas más tradicionales. De hecho, el descornado representó apenas el 1.2 por ciento del presupuesto total, pero logró una reducción de la caza mucho mayor.
Quitarle su cuerno a un rinoceronte es una imagen que puede resultar chocante. Pero cuando la alternativa es su extinción, la realidad impone decisiones difíciles.
“La situación es desesperada. Si no tomamos medidas valientes y basadas en evidencia, perderemos a estas especies”, concluye el equipo de Science en su investigación.
Si bien no será una solución definitiva, mientras no se elimine la demanda del cuerno de rinoceronte, podría ser la única esperanza de supervivencia para esta especie en peligro.
ÁNGELA MARÍA PÁEZ RODRÍGUEZ - ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO.
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